Senderismo del Padre Cristobal

Un lugar de silencio, oración y contemplación, en el que el P. Cristóbal de Santa Catalina, pasó casi 6 años de su vida y en el que forjó su espíritu con la oración-contemplación, la penitencia y la vida austera. Ya antes de llegar el P. Cristóbal era considerado un lugar especial, de gran tradición religiosa por haber sido la sede de una de las Congregaciones de ermitaños más antiguas de Córdoba.

Lo definió Sebastián de Corrubias , no es ni más ni menos que «el lugar solitario que no le habita nadie ni le cultiva. Allí se retiran los santos padres ermitaños y monjes». Y es así como estuvo este paraje cuando el padre Cristóbal de Santa Catalina paseó su fe y sus encuentros con Dios, entre místicos alisos, álamos y avellanos, allá por el 1668 y hasta 1673. hasta que un bendito día bajó a Córdoba para fundar el hospital de Jesús Nazareno , de cuya secular y hodierna caridad bien sabemos los cordobeses. Pues bien, en aquella arcadia que fue y que es hoy, se encuentra en lo alto de un monte escrito de oraciones y exornado con azucenas tan nuevas que parecen acabar de tomar sus votos, la ermita del padre Cristóbal: sobria, montaraz y estoica como la vida de un ermitaño.