Garza real
Clasificación
Orden Ciconiiformes; familia Ardeidae
Longitud
84-102 cm
Envergadura
155-175 cm
Identificación
La garza real es un ave de gran tamaño, la mayor de las ardeidas que frecuentan nuestro país, de figura estilizada, largo cuello y coloración general grisácea, con un diseño variable según la edad y la época del año. Durante el periodo reproductor, la cabeza de los adultos luce una coloración blanca y aparece adornada por una línea negra y un par de largas plumas de este mismo color, en tanto que el cuello, blanco también, se halla surcado longitudinalmente por dos bandas paralelas negruzcas. El largo y afilado pico presenta un tono rojizo, y las regiones dorsales son mayoritariamente cenicientas, con una llamativa mancha negra en los hombros. Fuera de la época de cría, el diseño es menos contrastado, sin las plumas ornamentales de la cabeza y con el pico amarillento. En vuelo adopta la postura característica de las garzas, con el cuello encogido en forma de “S” y las patas estiradas sobresaliendo por detrás de la cola, si bien la garza real resulta fácilmente diferenciable del resto de sus parientes debido a su gran tamaño.
Hábitat
En la época de reproducción, esta garza frecuenta lagunas, marismas o riberas de agua dulce, siempre que cuenten con vegetación emergente y arbolado próximo en el que instalar sus nidos. Durante el invierno y en los pasos migratorios se muestra muy poco exigente y es habitual que ocupe todo tipo de humedales, naturales o artificiales (arrozales, salinas, canales de riego o balsas de piscifactorías), así como pastizales, prados o playas.
Alimentación
Aunque su alimento básico lo constituyen los peces — en general, de buen tamaño—, el carácter oportunista de esta garza la lleva a incluir en su dieta una gran variedad de vertebrados (anfibios, reptiles, pollos de otras aves o pequeños mamíferos), crustáceos, moluscos, lombrices, grandes insectos e, incluso, materia vegetal. La técnica más habitual de caza que utiliza consiste en permanecer inmóvil, al acecho, junto al agua, hasta que pasa alguna de sus posibles presas; una vez localizada, tras un fulminante movimiento del cuello, la pinza con el pico para luego deglutirla.